
Lluvia y despilfarro de agua
Vecino. Informacion.
Ya ha llegado la temporada de lluvias. El paseante no lo agradece, pero es lo que hay. No hay nada tan placentero como caminar por ciertos caminos rurales de nuestro querido pueblo y observar el panorama que le regala la naturaleza. Pero llevo una larga temporada que lo menos que puedo decir es que es increíble lo que contemplan mis ojos. El continuo paso de camiones bien cargados, procedentes del digestor, están dejando el camino por donde paseo hecho pedazos. Baches, hoyos, gibas, surcos y hasta socavones. ¡Qué destrozo! Y cuando llueve, como ahora, aprietas el paso o echas a correr para no mojarte, pero pronto de tas cuenta que no sabes por dónde hacerlo. El camino está intransitable. Es como una piscina flotante. Y no, no es sólo la lluvia del cielo la que te empapa, sino la del gua del riego de los campos colindantes que se han adueñado del camino como Pedro por su casa. Es, entonces, cuando me viene a la cabeza la imagen de ese caprichoso reloj de arena que hace pocos días llegó a mi buzón lo mismo que al resto de mis paisanos y, por supuesto, a muchos de los dueños de estos campos que riegan no sólo sus parcelas sino el camino por donde ya no sé dónde pisar para no ahogarme en él. ¡Qué derroche de agua! Soy un tranquilo paseante que ahora se pregunta quién puede hacer hace algo contra esta pasada medioambiental. ¿Quién permite tanto despilfarro de agua que anega los caminos por donde acostumbro a pasear?¿Quién tiene potestad para plantar un ¡basta ya! a tanto despropósito? ¿Guarderíos y alcaldía? ¡Qué dejación la suya, por favor!