EL BARROCO ME VUELVE LOCO
Vecino. Opinion.

La devoción del Ayuntamiento por el barroco es una locura que rima con cultura. Y está bien que lo cuide, lo mime y lo pregone. Pero tanta obsesión por él ha terminado por convertirse en una limitación. Elegir Barroco significa marginar otras opciones. Si Villafranca no dispusiera de otras alternativas complementarias al barroco, me callaría. Pero no puedo sino preguntar: ¿No hay nada más que ofrecer desde el punto de vista arquitectónico y pictórico, que sólo sea el barroco y su riqueza ornamental? Villafranca dispone de un legado civil neoclásico impresionante. No solo están sus edificios, casas y palacios señoriales, sino los escudos de piedra que hay en muchas fachadas, testigos mudos de una historia social de Villafranca mucho más rica que la del mismo barroco. Y representan parte de nuestra identidad como pueblo. Ediles del Ayuntamiento, preocupados por la cultura: “No todo en Villafranca es barroco”. Gorrión rojo