CABLES HASTA EN LA SOPA
Vecino. Opinion.

En la novela El barón rampante, del italiano Ítalo Calvino, se cuenta la aventura del barón Cosimo que pasa su vida subido a los árboles que le permiten sin bajarse de ellos recorrer países y conocer a cientos de personajes y vivir aventuras insólitas. En Villafranca aún no se ha dado una caso semejante, pero un día de estos podría saltar la sorpresa y aparecer entre nosotros un imitador de dicho barón novelesco. No subiéndose a una higuera o a un nogal, pero sí a los cables de la luz que cuelgan por casi todos los edificios del pueblo. Algún osado acróbata podía decidirse a dar muestras de su agilidad muscular y convocar al pueblo para contemplar su hazaña. Podría empezar en el Castillo o en la calle del antiguo Mesón y, una vez encaramado a dichos cables que cuelgan en las fachadas del entorno, llegar hasta las mismísimas Casas Baratas sin tocar suelo, recorriendo para ello las calles en el orden que prefiera, sin dejar de visitar la calle León, y regresar de nuevo al lugar de origen del inicio de su proeza. En serio: ¿Alguna vez se han detenido a presenciar el espectáculo que ofrece este despliegue de cables? ¿No hay manera de entablar conversaciones con Iberdrola y arreglar este caos de cables que surgen de las paredes como lianas selváticas?¿Todos los cables que se ven a la intemperie son necesarios o hay algunos que son totalmente inútiles? ¿Se ha hecho alguna revisión de la situación en que se encuentran? Al ver cómo algunos de estos cables están al alcance de la mano de cualquier persona, ¿no hay ningún peligro de que alguien pretenda imitar al barón italiano y trate de imitarlo y se dé, entonces, la gran trompada eléctrica? Claro que, a lo mejor, una servidora está equivocada y tal manifestación lujuriosa de cables podría ser una nueva manera de adornar las fachadas de las casas. A falta de hiedras trepadoras, maromas de luz. Lástima que no sean reflectantes. Por la noche, el espectáculo sería estelar. Y menudo ahorro energético. Las farolas podrían permanecer apagadas. Un lujo. Alicia en el pueblo del cable.