Noches musicales de verano

Vecino. Opinion.

Noches musicales de verano

A partir de hoy, día 6 de julio hasta el 3 de agosto, comienzan en Villafranca las llamadas noches musicales de verano que van ya por su 5ª edición. Hay quienes piensan que desde alcaldía se utilizan estas actividades como estrategia política para tener contenta a la población y de esta forma obtener sus futuros réditos electorales El fin de tener contenta a cierta parte de la población es más que evidente, pero relacionar réditos electorales con dicha actividad musical, no parece tan clara la relación. Es evidente que el ayuntamiento actual se caracteriza por una hinchazón de celebraciones festivas, como nunca se había dado por estos parajes. Tanto que más que una institución oficial del Estado parece una una empresa de actividades festivas, S. L. Si este tablado festivo forma parte de su estrategia para hacer clientelismo político no es asunto que, en principio, parezca criticable, pero, si se piensa mejor, sí lo es. Si se piensa que dicha estrategia utiliza de forma más que regalada el presupuesto municipal - y que es el dinero de todos los contribuyentes-, con un fin más político que social y cultural, la cuestión se vuelve más delicada. Porque se merma de modo considerable la capacidad de invertir parte de ese dinero, que como viene se fue, como un fuego artificial, en otras necesidades perentorias de la población que, aunque no lleven música incorporada, sí podrían alegrar y dejar más que contenta a la población, no solo durante una noche de verano, sino durante todo el año. La descompensación existente entre las inversiones dedicadas al festejo, al pan y al circo, es, cuando menos, escandalosa a ojos del profano. Si no es así, el Ayuntamiento debería aclarar cuánto se invierte en fiestas y cuánto en arreglar los mecanismos que nos lleven a consumir agua potable sin riesgos de tragarse unos miligramos de nitraros. Recuérdese que la valoración de los Ayuntamientos se hace, no sólo por lo que hacen, sino, también, por lo que no hacen. Y dejaremos de lado lo que el actual ayuntamiento de Villafranca prometió hacer en su programa electoral y no ha hecho, y, menos aún, caeremos en la tentación de pensar que no lo ha hecho por falta de presupuestos, o porque se invirtieron en celebraciones festivas innecesarias. Sin olvidar que muchos de estos festejos no llegan a todos, mientras que, por poner un ejemplo, una red potabilizadora del agua, sí lo hace. Es que no hay comparación.