PATRIMONIO DE VILLAFRANCA (I)
Vecino. Informacion.

La palabra Patrimonio deriva del latín. Literalmente significa: “bienes que proceden de los padres”. La Convención de la Unesco, en 1971, afirmaba que “el patrimonio cultural de un país, de una nación, de una ciudad o de un pueblo se compone de aquello que a lo largo de la historia han creado los hombres y mujeres”. Y es habitual asociar patrimonio con la identidad de la ciudadanía, independientemente de que esta lo conozca y lo valore; incluso lo ignore. Muchos se consideran villafranqueses, pero desconocen cuál es el patrimonio de su pueblo. Aunque sí saben que el mejor patrimonio de Villafranca son sus personas.
Ser y sentirse villafranqués
El patrimonio de Villafranca está al alcance de cualquiera. Gracias a su sensibilidad podría recuperar del pasado una serie de referentes, hitos o señales de la identidad, no sólo de Villafranca, sino de sí mismo, sin los cuales sería difícil “sentirse villafranqués”. Lo que constituye un problema, no del patrimonio en sí, sino de las personas. ¿Por qué? Porque, a la hora de elegir los elementos que conforman esa identidad, habrá quienes opten por unos mientras que otras personas lo hagan por otros. Se eligen libremente distintos referentes patrimoniales de la identidad en función de diversos criterios. ¿Todos válidos? Nunca lo serán si vienen impuestos desde arriba. Las tradiciones no se recuperan por decreto o por tener mayoría en un Ayuntamiento. La cuestión es mucho más delicada. Si se acepta que existen muchos modos de ser villafranqués y de querer a tu pueblo, iremos bien encaminados. Pero nadie puede ignorar que hay modos y formas que chocan, no sólo con el sentido común, sino con el respeto que se debe a la pluralidad existente de esas identidades en una sociedad. La muerte de una tradición está en imponerla. Lo que para unos es marca registrada del autóctono del villafranqués con denominación de origen, para otros no lo es. Cuando alguien no encaja en nuestro modo de pensar debido a su comportamiento, se le dice: “No pareces ni villafranqués”. Y la pregunta surge de inmediato: “¿Es que hay un modo de ser villafranqués. Único y exclusivo?”. Y no nos estamos refiriendo a la política, porque esta, aunque parezca ser el elemento definitorio de la identidad local, no lo es. Si así fuera, estaríamos reduciendo el patrimonio villafranqués a una sola característica. Y hay que decir que la identidad personal y colectiva no se agota en uno de sus referentes patrimoniales, sean estos de naturaleza política, religiosa, cultural, sexual o gastronómica. He aquí, pues, la pregunta que cada persona en su interior tendría que responderse: ¿cuáles son los referentes de su identidad como villafranqués? Una buena pregunta sería, entonces, si existen tales referentes válidos para quienes viven en Villafranca. Cuando un político dice que habla “como buen villafranqués o villafranquesa”, tendría que decir antes qué entiende por serlo.