PATRIMONIO DE VILLAFRANCA (III) Patrimonio material arquitectónico
Vecino. Informacion.

El patrimonio material nos entra por los sentidos. A él pertenece, el patrimonio arquitectónico religioso y el patrimonio arquitectónico civil. Y el conjunto arquitectónico formado por los barrios, que desde antaño han configurado parte de Villafranca, la antigua y la moderna, junto con distintos edificios civiles que aún se mantienen en pie.
El patrimonio arquitectónico religioso y civil es fruto de un pasado perteneciente a una sociedad teocrática, desde el punto religioso y, desde el punto de vista político, a un régimen autoritario y antidemocrático. Esos edificios civiles y religiosos han representado el poder de la Iglesia y el poder Político. En el caso de la Iglesia, su fábrica monumental fue construida y pagada por el Ayuntamiento en el siglo XV y así figura en la documentación existente a lo largo de los siglos, pero hoy su titularidad está a nombre del arzobispado de Pamplona como bien inmatriculado en el registro de la propiedad de Tudela.
Con relación a las construcciones civiles son edificios, casas y palacios que son símbolos símbolo del poder político y económico, social y cultural. Son construcciones civiles pertenecientes a la nobleza. Puede entenderse que haya personas que no quieran saber nada de conservar este patrimonio. Un patrimonio que la población ni conoce, pues, rara vez, tuvo acceso a lo que ocultan en su interior tales edificios. Solo los conoce por fuera. También existen construcciones arquitectónicas que forman parte de un patrimonio histórico más antiguo, como el emblemático El Castillo, las calles Muro, Barrio Verde, Paja, Procesiones, Rejas, Rosas, Cava y otras que no parecen despertar tanto interés histórico, ni promocional. Y están las Casas Baratas, cuya construcción marcó un hito en las gentes que las construyeron y cuya historia no ha sido contada.
Existe, también, un patrimonio material casi en ruinas, edificios abandonados a su suerte como son ciertas casas particulares en estado de demolición inmediata o de inmuebles pertenecientes a Asociaciones antiguas, como el de la Caja Rural, situado bajo el atrio, El Fomento Agrícola; la Sociedad, el almacén del Molino (edificio con derecho a ser reconocido como lugar de la memoria histórica). Ya se ha “hundido” La Nievina, una pérdida irreparable en la memoria de Villafranca, donde se instaló el Cine Salón Amelia, en 1928, y un salón de Baile, de grata memoria para nuestros antepasados. Lo mismo cabe decir del edificio Café Sarasate, que, no sólo pasó a mejor gloria, sino que se llevó por delante el Centro, lugar de reuniones, de ocio y salón de cine, dependiente de la Caja Rural Católica y, por extensión, de la parroquia. Y pervive el Casino de los Jubilados, lejano recuerdo de la sede de la Encomienda de la Orden de San Juan de Jerusalén y cuyo escudo aún permanece en su pared frontal. Hablando de escudos esculpidos en las paredes de las calles hay que recordar que son las firmas visibles de quienes en un tiempo marcaron la vida -para bien y para mal-, de nuestros antepasados. Con el paso del tiempo y, si nadie lo remedia, se convertirán en máscaras desdibujadas de arena. Es lo que parece esperarles si alguien no remedia…