Imperialismo, dominación y saqueo.

Vecino. Informacion.

Imperialismo, dominación y saqueo.

Todas las guerras que hoy suceden tiene su origen en un plan militar mundial. Y están al servicio del imperialismo occidental hegemónico. El único fin es dominar a los demás y apropiarse de las materias primas necesarias para el sostenimiento de dicho poder y el enriquecimiento de los elegidos. La misión final de este plan militar es asegurar que ningún país pueda proteger sus legítimos intereses. Habéis leído bien. Eso es: “si tengo que robarte, no puedes oponerte”. Y los EEUU, Gran Bretaña, la UE y otros acólitos, excepto minorías, están en el lado de los ladrones, en el lado de los malos desde la óptica cinéfila. Matando, asesinando, destruyendo, saqueando y cometiendo, como en el último caso de los palestinos, un genocidio.

¿Cómo sucedió todo esto? A partir de 1991, tras la caída de la URSS y la anterior derrota militar en Vietnam, los EEUU elaboran el Plan Estratégico para impedir el desarrollo de sus rivales. Fue presentado al Congreso por un conocido de todos, Dick Cheney. Las materias primas más codiciadas son petróleo, gas, oro, plata, diamantes, tierras raras, litio, etc. También se considera materia prima a los “esclavos”, seres humanos, sean inmigrantes o no.

¿Y qué táctica militar se utiliza? Desde entonces, el Pentágono viene aplicando la «doctrina Rumsfeld-Cebrowski». Este almirante, reconocido estratega, basa su doctrina en los siguientes principios: • Garantizar a los países hegemónicos explotar sin obstáculos los recursos naturales de los países considerados como ‎pobres. • Destruir las estructuras, infraestructuras e instituciones que conforman ‎los Estados, hundiéndolos así en el caos para garantizar a las transnacionales la posibilidad de ‎explotar las riquezas de esos países sin encontrar resistencia. • Para lograr eso hay que dividir a los ‎pueblos no globalizados recurriendo a criterios étnicos y se impone dominar el mundo de los medios audiovisuales de comunicación para construir un relato único. ‎

A partir de esta doctrina suceden las guerras de Afganistán, Iraq, Balcanes, Somalia, Georgia, Kosovo, Libia, Siria, Ucrania, Sudán, Palestina y otras naciones. Además, surgen nuevos cambios tácticos en la manera de hacer la guerra, ya que no se trata de ‎ganar, sino de imponer una «guerra sin fin». Otro cambio táctico es la creación de múltiples bases militares repartidas por el mundo y la utilización de mercenarios. En consecuencia “aparecen” pequeños ejércitos de yihadistas, principalmente sunitas, como Al Qaeda, Daesh, Isis, Al Nusra, Boko-Haran, etc. Curiosamente en las zonas dominadas por éstos, los recursos, petróleo y otros, son extraidos por las corporaciones extranjeras occidentales sin tener problemas con esas fuerzas. Existe una fuerza especial oculta de 60 000 efectivos –sin uniforme– cuya ‎misión es sembrar el caos en esos países a través de supuestas guerras civiles y revoluciones de color.

Veamos sus resultados: 4,5 millones de muertos y 38 millones de refugiados (Véase: ‎https://mpr21.info/45-millones-de-muertos-en-las-guerras-de-estados-unidos-posteriores-a-2001/). Iraq, Libia y Siria son estados fallidos que, además de estar en guerra continua entre varias facciones, les saquearon su oro y su petróleo de forma diaria y permanente. Lo mismo que a Sudán y Somalia. En todos ellos, se da la presencia de una facción yihadista al servicio del imperio. Sospechoso.

Y, por último, Palestina y Líbano. Un genocidio en directo, televisado; el exterminio de mujeres, niños y ancianos en vivo por el estado sionista de Israel para robar sus tierras. Una sociedad enferma y sicópata. En resumen, el Plan establecido por el imperialismo de EEUU y sus acólitos ha funcionado y sigue funcionando a la perfección. Y el plan sigue y seguirá.