EJEMPLAR, ¿QUIÉN?
Vecino. Informacion.

Una duda que me zumba en los oídos es saber si el premio a la ejemplaridad previsto, tiene como destinatario a la Comunidad de Ciudadanos, plurales y diversos en múltiples facetas de la vida que viven en Villafranca o el destinatario del premio es su Ayuntamiento y el grupo gestor actual que dirige la vida política, social, cultural, económica, religiosa…de Villafranca, y que lo recibirá, Dios mediante, gracias a Él, como un reconocimiento a su labor y a su gestión, lo que, sin duda, a más de uno le hará descojonarse de risa. Lo primero que conviene decir es que Ayuntamiento y Ciudadanía no son lo mismo.
La Ciudadanía no es homogénea ni uniforme. Habrá villafranqueses y villafranquesas que estimen de justicia que premien a Villafranca. Y habrá otras personas que lo verán como todo lo contrario, un disparate. Como quiera que la alcaldesa actual del Ayuntamiento lo primero que ha de decir, si recibe el premio, dirá que es la Ciudadanía de Villafranca la premiada, habría que preguntarse, entonces, cuál es la ejemplaridad representada por el Ayuntamiento en su caso, porque, si en su opinión es el pueblo el premiado, quien debería recibir dicho reconocimiento, tendría, entonces, que ser un ciudadano ejemplar quien recibiera dicho galardón en representación de esa Ciudadanía. Si lo recibe la alcaldesa, ya se dirá cuál es, en este caso, su ejemplaridad como gestora municipal. Porque no es de recibo confundir Ayuntamiento con Ciudadanía. Aunque ya se sabe que el Ayuntamiento suplanta la representación de la Ciudadanía cuando quiere y le interesa. Si nos referimos al Ayuntamiento como institución, los datos que tenemos de Villafranca, y que harían de este un pueblo ejemplar caso de ser positivos, lo que observamos es que no son muy halagüeños.
Empecemos por lo más obvio. Según el INE (Instituto Nacional de Estadística), en 2017, los habitantes de Villafranca eran 2845; en 2023, 3004. Un aumento demográfico bien escaso.
Si nos fijamos en los niveles de renta por persona de los pueblos de la Ribera, Villafranca arroja un porcentaje, en el año 2021, de 12685 euros, mientras que, por ejemplo, Cabanillas y Fontellas, alcanzan el guarismo de 15377 y 15030, euros, respectivamente. En cuanto a la renta media por hogar, Villafranca refleja un monto de 34.244 euros, mientras que los dos pueblos citados alcanzan los 43284 y 39612 euros.
La renta por persona en Navarra es de 14.718 euros y la renta por hogar es de 38267 euros.
Respecto al paro, su tasa en septiembre de 2024 registrada en Villafranca era del 7,5%, lo que afectaba a 103 personas. En Valtierra, era del 6,75%; Cadreita, el 6,30% .
No es cuestión de hacer demagogia con estas estadísticas. Pues a todo hay quien gane y esté por debajo. Lo que se sugiere es que en este ámbito de la economía no es Villafranca muy ejemplar que se diga. Para colmar este vaso negativo, hay que recordar que entre los ayuntamientos navarros con más deuda figuraba Villafranca.
¿Y la Ciudadanía de Villafranca? ¿A qué hechos habría que recurrir para que la hicieran merecedora de la medalla de la ejemplaridad? Digamos que en su mayoría los proporciona una ciudadanía que participa en todas aquellas actividades que organizadas por el Ayuntamiento y que, si por algo se caracterizan, lo es por su homogeneidad en el terreno festivo y sesgadas por un talante sectario ideológico en el terreno cultural y político, marca registrada de la coalición Siempre Villafranca. Y en un sentido sí habría que reconocer que el Ayuntamiento bien merece el Premio gordo de la ejemplaridad de la televisión 2024. Ha mostrado con creces a los pueblos de Navarra cómo se puede convertir un Ayuntamiento en una Society of Gastronomic and cultural celebrations, siendo la admiración por parte de los pueblos que acuden a contemplar sus celebrados Carnavales y Jornadas del Barroco. Por lo que, sin duda, bien merece ser reconocido como un gran maestro de ceremonias, aunque, pelillos a la mar, para ello tenga que sacrificar un gran pellizco de los presupuestos y asumir una deuda hermosa, invertida, por desgracia, en el consumo de flatulencias que sólo dejan huella en el bajo continente… En otros lugares, un Ayuntamiento que muestra una ineptitud absoluta para solucionar un problema tan grave como es el de la no potabilidad del agua de boca en períodos sucesivos y alternantes, habría presentado su dimisión por decoro. Aquí, por el contrario, reciben premios. Navarra es diferente. Y Villafranca, ejemplar mostrando esta diferencia.
Un Ciudadano a secas