VILLAFRANCA, MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN DE MUNICIPIOS NAVARROS DEL CAMINO DE LA VERA CRUZ OBJETIVOS DE LA ASOCIACIÓN (II)
Vecino. Informacion.

Son estos: “Dar a conocer nuestro patrimonio cultural, gastronómico y paisajístico; atraer turismo sostenible para reactivar la economía local y generar empleo; asegurar la permanencia de los más jóvenes en nuestros pueblos; buscar la cohesión social”.
Objetivos fantásticos, ¿no? ¿Quién puede oponerse a ellos? Lástima que el folleto no aclare en qué consiste esa cohesión social, si incluye llevarse por delante, por ejemplo, la pluralidad religiosa y, sobre todo, cómo conseguirá esa reactivación económica mediante el turismo cultural.
Tampoco nos encontramos ante unos objetivos que se digan muy originales. Son los habituales. Por eso, este vecino se pregunta qué necesidad hay de integrarse en una asociación para trabajar por unos objetivos que son parte de la razón de ser de la política de bienestar cultural y económico de un Ayuntamiento que se precie. No hace falta unirse a otros municipios, sean o no lugares por donde hubo antiguas rutas del camino de Santiago o huellas de los templarios, para conseguir dichos objetivos. Dicha integración no es condición imprescindible ni necesaria.
Y, bueno, si los objetivo de la Asociación son esos, ¿qué sentido tiene plantar una Cruz en el Atrio? Es decir, ¿qué relación guarda un símbolo religioso confesional con la reactivación económica? ¿No será, acaso, que esos objetivos tienen un barniz confesional de corte religioso católico? ¿Acaso considera que, sin la protección “sobrenatural” de esa Cruz, no se podrán conseguir? La pregunta sería si pertenecer a esta asociación conlleva la obligación de instalar una Cruz de Caravaca donde sea y como sea. A no ser, claro está, que dicha Asociación municipal sea confesional. Pero, si no lo es, ¿por qué elegir la Cruz de Caravaca como estandarte de la misma? Ello nos lleva a preguntar si no nos encontraremos ante un producto religioso que, camuflado bajo la apariencia cultural y turística, no casa bien con la pluralidad confesional de una sociedad.