TRACTORES EN EL CAMINO
Vecino. Informacion.

De nuevo con ustedes. Sí, soy el que pasea por los caminos de Villafranca. La verdad que lo que voy a contarles, me pone triste. Pero es así. Tiene maldita gracia que con la cantidad de caminos que tiene el pueblo, he ido a parar a uno al que, finalmente, tendré que renunciar si el panorama no cambia. Pues verán, ustedes. Hace dos días, antes de que viniera la lluvia de la noche del día 21, me puso nervioso la presencia de dos tractores de los que habitualmente recorren este camino, que llaman de Las Tejerías que nace en la carretera y llega hasta la autopista, por debajo del cementerio. Escupen de su depósito no sé que producto, consiguiendo crear una marea de humo, acompañada por un olor nada exquisito. Tuve que pararme en seco para que aquella marea embriagadora no me envolviera y desapareciera de mi vista. Ya sé que no dudan de mi palabra, pero, como hay gente incrédula, que si no lo ve, no lo cree, aquí les ofrezco una fotografía de uno de los tractores, que parece haberse escapado de una película de Spielberg.
Como digo, a continuación del “humo” desperdigado por los tractores, a la mañana siguiente, tras la lluvia de la noche del día 22, el panorama no era terrestre, sino extraterrestre. El camino estaba intransitable. Había tanta porquería encharcada que caminar por él era hundirse en un cenagal de mierda. Y no exagero. Espero que la fotografía demuestre que mis palabras se quedan cortas para describir tanta tristeza.
Me gustaría preguntar: ¿quién detendrá las llantas a estos tractores “ruciadores” de caminos, y más que “ruciadores, destructores de caminos? Y, si estos tractores pertenecen a la granja de Caparroso, ¿quién les llamará la atención? ¿O es que tienen derecho de pernada a andar como Pedro por su casa? La verdad es que el Ayuntamiento debería explicar al vecindario cuál es el origen de esta movida de los tractores y por qué “el caldo que llevan en sus depósitos” lo arrojan en los caminos y en las tierras adyacentes.
Sea como sea, lo único que cabe decir es que maldita sea la gracia. Caparroso se lleva la pasta y Villafranca la mierda y la contaminación. ¿Hasta cuándo?