LA SUCIEDAD DEL PUEBLO (III)

¿ADIVINA, ADIVINANZA?

A ver si el ojo del lector descubre a qué calle de Villafranca pertenece el espectáculo que le ofrece la presente foto. Se trata de una calle que, en su día, la alcaldesa vaticinó que sería un parque, un delicioso parque, para solaz y bienestar de nuestros mayores. Un lugar ideal, desde luego. Hoy, sin embargo, es deprimente ver dicho solar, lleno de basuras, hierbas erráticas, y, por si fuera poco, si el paseante se detiene algún minuto contemplando semejante abandono, podrá contemplar unos huéspedes llamadas ratas de considerable tamaño.

Hay palabras en el diccionario para describir esta situación, pero somos educados y nos las tragamos para decir únicamente: “¡Basta ya de tanto abandono!”.

Fotógrafo

¿ZONA VERDE?

Dícese de Zona Verde: “Todo lugar acondicionado con hierbas, flores, árboles, bancos u otros elementos decorativos o de mobiliario urbano, destinados al adorno o al uso por parte de las personas”. No necesariamente tiene que tener todos estos elementos, pero sí algunos.

Definición de Zona Verde por parte del Muy Ilustre Ayuntamiento: “Lugar con hierba de todo tipo, pinchos, cardos borriqueros, flores invasivas, árboles, bancos camuflados con las hierbas de un metro de altura”.

El lector sabe que una zona verde no sólo es un lugar de encuentro y recreación, es un testimonio de la belleza y la complejidad de la naturaleza. Un recordatorio de la importancia de cuidar y proteger nuestro entorno. Un espacio de armonía y equilibrio.

Y habrá deducido que esta Zona Verde no existe en Villafranca. Pero, obviamente, sí podría disponer de dicho espacio. Lo que exige cambiar de pensamiento acerca de lo que es una Zona Verde. Sin este cambio mental, es imposible que se invierta un euro en su adecentamiento, en su diseño y su mantenimiento.

El Ayuntamiento confunde este mantenimiento con la palabra segar o pasar de vez en cuando la desbrozadora por un entorno desaforado por la presencia de hierbas descontroladas, que es lo que ha ocurrido con el único entorno que podría haberse convertido en una Zona Verde espléndida: El Pinar.

El Pinar está abandonado a su suerte. Las hierbas crecen tanto que emulan la altura de los pinos. Cuando esto sucede, viene la desbrozadora -es decir, al cabo de seis meses como mínimo-, y siega la hierba…Y se acabó el adecentamiento.

Dejamos para otra ocasión, las ramas de la poda de los árboles de El Pinar que quedan donde caen tras ella mudos y tiesos sine die.

Búho

CIRCUITO VERDE.

En un tiempo, en esta Zona Verde que se ubicó en el entorno de El Pinar hubo la instalación de un Circuito Deportivo. En la actualidad, este circuito se ha mimetizado como si se tratara de un camaleón y se ha vuelto inservible e irreconocibles si es que alguien los reconoce. Sus restos siguen ahí, entre las hierbas, llenándose de plagas de insectos de todas clases y que con el calor se acentúan y se propagan por la zona. Si pasean por este entorno, observarán aún tales restos, signos de que en un tiempo hubo un intento de construir un Circuito Deportivo, instalado en uno de los lugares con más solera de Villafranca: El Pinar.

La villa ha entrado en el túnel de la más oscura dejadez. Me niego a aceptar que la gente se pueda satisfacer con ver unas pinturas repartidas por el pueblo que valen un pastizal, con historias de trashumancias en un medio que las ignoró históricamente, vacas hasta el amanecer, djs, fiestas, barrocos, carnavales, juventudes, san queremos, san pedradas….

¡Se puede pedir un poco de mesura y de sensatez!

Por cierto: ¿A dónde fue a parar aquel sistema de votación mediante el cual el pueblo decidía que una partida del presupuesto se destinarse a lo que la ciudadanía dictara?

Mochuelo