UNA ACLARACION

No se trata de calificar al Ayuntamiento de Villafranca en función de la mayoría que tiene el poder municipal. Para ello habría que saber cuál es el pensamiento político que tienen en sus cabezas los integrantes de la candidatura Siempre Villafranca. En realidad y con toda seguridad ni siquiera tendrán un pensamiento político a secas. Y esa es la cuestión. No se trata de calificar los ayuntamientos por la ideología que supuestamente tienen sus ediles, porque, como digo, seguro que no tienen ninguna. Por eso, lo más prudente es juzgarlos no por sus ideas, sino por lo que hacen. Y en función de lo que hacen cabe calificarlos, no de derechas ni de izquierdas, sino de justos, ecuánimes, objetivos, equitativos, inteligentes, sectarios, parciales, intransigentes, intolerantes, incapaces, mentirosos, oscuros…

Si seguimos esta forma de calificar al ayuntamiento, entonces, sí podríamos atribuirle una serie de sustantivos que no tendrían nada que ver con si son de derechas o de izquierdas. Y así podríamos decir que por sus actuaciones permanentes podríamos calificarlo de opaco en su toma de decisiones y, ya no digamos por el matiz que adquieren sus actuaciones, muy sectario él, cerrado a cal y canto a cualquier propuesta de la oposición. Como puede apreciarse son calificaciones que se pueden atribuir a cualquier partido político que forme parte de un ayuntamiento, independientemente que sean socialistas, peperos, comunistas, anarquistas o socialdemócratas.

Decir que son de derechas es no decir nada, mientras no se diga qué se esconde detrás de esas palabras. Hay que juzgar los ayuntamientos por lo que hacen. Y en nuestro caso, el municipio de Villafranca lo que hace y, sobre todo no hace, es, en ocasiones, una tomadura de pelo permanente a la ciudadanía.

Fisión