UN GESTO HABITUAL Y CONDENABLE

Vecino. Informacion.

UN GESTO HABITUAL Y CONDENABLE

Y que revela la naturaleza ideológica de la municipalidad que no sólo decide dónde irán a parar nuestros presupuestos. Porque no nos engañemos. Entre col y col, nos la clava una y otra vez. Porque no es verdad que al Ayuntamiento actual solo le interese la fiesta, la jarana, las noches musicales del verano. También el modo de pensar y actuar de sus ciudadanos, Y estos modos de pensar y de actuar nos entran sobre todo por lo que consumimos y el modo en que lo que hacemos.

Hay que estar ciegos para no darse cuenta de que en cada actuación del municipio, por muy inocua que lo parezca, se esconde una pensamiento reaccionario que lo que muestra es su falta de entusiasmo por la pluralidad y el respeto a los demás que, no solo no comulga con sus ideas políticas, sino, también, con su constante saltarse a la torera de Vox lo que signifique respeto al Estado aconfesional en el que supuestamente vivimos. Además de otros gestos.

Como en la época del nacionalcatolicismo, que pensábamos que había durado cuarenta años, pero, a la vista está que nos hemos salido de dicho estado de atontamiento general, y seguimos sin escaparnos de ese marco asfixiante de una religión integrista que se cree por encima de todo y de todos.

En la procesión de la fiesta religiosa del Virgen del Carmen veremos nuevamente a la alcaldesa figurando con la vara de mando y, lo peor, creyendo que representa al pueblo de Villafranca en materia religiosa, cuando solo lo hace a los que profesan su mismo credo vaticanista. ¿Y al resto?

Que le den morcilla. Para este tipo de asuntos el Ayuntamiento ya se mueve ya, pero nunca lo hará para actos históricos y simbólicos que recuerdan conquistas democráticas y avances políticos tradicionalmente conseguidos gracias a las izquierdas. En cambio, para doblegar la cabeza y el abdomen -algunos con cierta dificultad- ante cualquier evento religioso, ahí estarán, echando toda la carne al asador.

Lo hemos dicho muchas veces. La alcaldesa y su séquito de ediles asistan cuanto quieran y como quieran a dicha procesión, pero háganlo a título individual. La procesión es un acto religioso y, por tanto, sólo a la Iglesia debe incumbir su organización y su desfile. El resto del personal que se sume como hijos de Dios y de la Santísima Trinidad al espectáculo, porque está claro que, si somos todos iguales ante sus ojos, en la procesión hay quien al parecer se siente o se cree superior. Y de eso nanay.

Y otra cosa. Cuando al Ayuntamiento le interesa, la separación de poderes entre Iglesia y Estado la cumple a rajatabla. ¿Cómo? Mandando al Estado a la mierda. Ya lo ha avisado. Durante la procesión queda terminantemente prohibido aparcar en ninguna de las calles por donde pase la imagen de la virgen del Carmen y sus devotos.

Raro es que el Ayuntamiento no haya exigido a quienes viven en ese recorrido que limpien las calles y engalanen sus balcones con las mejores sábanas y tules turcos y abisinios.

¡Es que, joder, seguimos como en el Franquismo! Y aquí nadie suelta un ¡basta ya! a tanta falta de respeto al pluralismo religioso y no religioso de la sociedad.

Rascayú