¡AGUA VA!
Vecino. Informacion.

Ya nadie se acuerda
En un tiempo que ya nadie recuerda, la alcaldesa involucró al pueblo en una ridícula campaña del “no al despilfarro del agua” regalándonos un reloj muy mono para que los ciudadanos midiéramos los minutos que pasábamos en la ducha y no nos despistáramos en ella mirándonos la purrusalda del ombligo, mientras gastábamos litros de agua como tontos del haba que podemos llegar a ser en ciertas circunstancias. Y se pensaba que con la chorrada esa del relojico íbamos a volvernos de la noche a la mañana primates más inteligentes de lo que supuestamente somos.
Ingenuidad aparte, lo cierto es que los resultados de aquella interesada propaganda nadie los conoce. Pero dejémoslo estar. Eso, sí La próxima vez que nos hagan pasar por esta gilipollez, exijamos que, para hacer de cobayas, se nos jure ante notario que, hecho el experimento, se nos diga cuáles fueron sus resultados. Si no, lo único que queda claro es que el fabricante de relojes se hizo, si no de oro, de plata.
Hasta aquí un recuerdo hecho virutas.
2. Delito ambiental
Y ya que hemos recordado el despilfarro que se puede ocasionar en las duchas familiares, pensemos un minuto en el océano de agua dulce que se puede derrochar en el campo.
Me fijaré en dos detalles. Primero. Al recorrer ciertos caminos, he comprobado que los aspersores que se utilizan para regar los campos tienen muy mala puntería o, lo que es lo mismo, su disparos están muy mal enfocados, pues de muchos de ellos el precioso líquido que desprenden aterriza en el camino dejando este hecho una piscina, por donde es imposible caminar. Por ejemplo, en el camino de Espartosa, por culpa de los Pivot de riego que utiliza el grupo Valle de Odieta, o la tan polémica vaquería, no sólo hay que lamentar la pérdida cuantiosa de agua tan escasa conforme avanza el verano, sino que, para colmo, al mezclarse con los purines también desparramado, el escenario resultante es grandioso, grandioso por la mierda que queda en el camino, hecho, una grandiosa mierda.
Segundo. Según la información de la prensa, el estado de los embalses Yesa se encuentra al 62% de su capacidad. Y, ojo, porque dichos niveles siguen bajando. Debería servir un toque de atención para todos: ayuntamientos, empresas y ciudadanía en particular. Cuando escasee, el agua se privatizará y, entonces, la pagaremos a doblón de oro. En cuanto aparezca un Milei por estos barbechos, eso será lo que pasará. Y lo lamentaremos.
La gente tiene que saber que esa agua que se despilfarra en los campos es la misma que llega a los hogares y establecimientos del pueblo, por lo que todos sufrimos tal irresponsabilidad, que revela una falta de ética y de civismo sobresalientes, a la que parece Odieta y cía están muy bien acostumbrados gracias a la permisividad del poder local .
Los caminos, por donde se vierten purines y litros de agua, son de propiedad municipal, los caminos, no los purines, y están sufriendo de lo lindo, debido a los trailers y la maquinaria de las mismas empresas que por ellos discurren. En algunos trozos, aparecen de bote pronto lagunas en medio de ellos como fruto corrosivo de ese ir y venir de trailers que, gracias al agua que ha penetrado en la tierra, hunden sus ruedas en ellos dejando unos cráteres que parecen traídos de la luna. Desgraciadamente, el ayuntamiento sigue mirando hacia el dedo que señala la luna, en lugar de mirar a esta. La foto que adjunto es elocuente de lo que denuncio.
Barbecho