No es por nada

Hace unas semanas, alguien en este blog solicitaba que quien fuera responsable de la “selva padre” instalada en la Estación -Adif y/o Ayuntamiento-, se encargara de cortar de raíz el crecimiento de los “lechacinos y malcuriates” que habían invadido el citado espacio ferroviario. El espectáculo era deplorable. No sólo porque dicho paraje no esté destinado a convertirse en un basurero vegetal donde las malas hierbas se manifiesten con tanto esplendor, sino porque, desgraciadamente, las pobres daban pena. No eran siquiera hierbas lozanas y robustas. Habían perdido su verdor y estaban tan escuálidas que invitaban a rociarlas con gasolina y prenderles fuego controlado. Porque las hierbas, aunque sean hierbas, son bonitas, pero las de la estación no, que eran feas, “mucho feas”.

Lo cierto es, y esto es lo más importante, el día 17 de este mes, esa vergonzosa tarjeta, imposible de figurar como postal del pueblo, ha desaparecido.

Me preguntaba, entonces, si el texto que se escribió en este blog sirvió de toque de atención a las autoridades, porque, si así fuera, habría que darle las gracias a quien lo redactó. Alabamos, pues, el gesto de responsabilidad cívica de este ciudadano y a la autoridad correspondiente por darse por aludida.

Y no es la primera vez que ocurre tal principio de causalidad. En otra ocasión, se denunció la situación angustiosa en que se encontraban los pivotes de la carretera vieja que conduce hasta El Molino. Tras la denuncia del caso, a los días, la brigada municipal entró con sus desbrozadoras estridentes a degüello contra las malas hierbas, dejando al descubierto unos primorosos, aunque ya desgastados, pivotes.

Animo a las personas colaboradoras de este blog a que sigan denunciando de forma incruenta todo aquello que desluce la estética de Villafranca. Y que el Ayuntamiento no se sienta humillado por estos toques de atención y se los tome como lo que son, señales cívicas de mejora… Al fin y al cabo, tal conducta crítica es consecuencia de saberse responsable de la habitabilidad del pueblo. Ojalá que lo fuera toda la ciudadanía. Otra mierda nos cantaría.

Animoso