Más sobre lo de Jumilla (Murcia)

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Más sobre lo de Jumilla (Murcia)

Lo que llama la atención en Jumilla, que también, no es el racismo, la xenofobia y el uso fraudulento de lo religioso que transpiran en sus actuaciones el PP y VOX. A esto ya nos tienen acostumbrados. No nos pillan de sorpresa y mirando a otro lado.

Como se ha dicho, en Jumilla, en una moción del Ayuntamiento presentada por VOX y aprobada por el PP, acordaron: “Instar al equipo de Gobierno a promover actividades, campañas y propuestas culturales que defiendan nuestra identidad y protejan los valores y manifestaciones tradicionales religiosas en nuestro país”.

Pero el PP en sus redes sociales dicho acuerdo lo circuló así “Instar al equipo de Gobierno a promover actividades, campañas y propuestas culturales que defiendan nuestra identidad y protejan los valores y manifestaciones religiosas en nuestro país”.

¿Hay diferencia entre un texto y otro? La propuesta de VOX sólo acepta manifestaciones tradicionales religiosas españolas. En la propuesta del PP en sus redes, no se deduce la exclusión de ninguna manifestación religiosa específica, aunque en la práctica eso es lo que ha pasado.

Si así no fuera, el PP no hubiera prohibido la celebración del Ramadán o la fiesta del cordero en un espacio público, como el polideportivo en este caso, que, a fin de cuentas, es lo que quería VOX (y mientras no se demuestre lo contrario, también el PP). La jugada la remacharía Abascal, quien, tras lo sucedido en Jumilla, ha clamado a sus huestes “a proteger los espacios públicos de la amenaza del islamismo”. Ya lo ven. Celebrar el Ramadán o la fiesta del cordero tiene la consideración de amenaza. Y, cuando uno se siente así, se defiende persiguiendo y matando si es preciso al enemigo. Como hace Netanyahu y ya lo hicieron los nazis, los fascistas y los franquistas-golpistas y requetés.

El ayuntamiento de Villafranca es una muestra descarada del pésimo uso que hace del respeto a la pluralidad religiosa existente en el pueblo, pero esperemos que nunca prohíba el uso de su Polideportivo para que la comunidad musulmana celebre en sus instalaciones el Ramadán, caso de que esta precisara de dicho espacio público, y, al mismo tiempo, lo cediera para cantar las virtudes de santa Eufemia, pongamos por caso.

Y volviendo a lo de Jumilla, cualquier ingenuo pensaría que, a la vista de la moción del tándem PP y VOX, ambas formaciones se han convertido de la noche a la mañana en defensores de los espacios públicos del Estado, prohibiendo su uso para celebrar eventos religiosos. Si es así, bienvenida dicha sensibilidad aconfesional. Ya era hora de que se cayeran del caballo de la intransigencia. A partir de esta declaración institucional, se espera que pro fin, tanto VOX como PP denuncien el uso de los espacios públicos que se utilizan en este país por la Guardia Civil, el Ejército, los políticos y los miembros y miembras de la Monarquía para celebrar misas y demás surtido religioso católico.

El trabajo es morrocotudo, porque existen infinidad de ayuntamientos -entre ellos el de esta localidad-, hospitales, escuelas, institutos, universidades, cuarteles, sedes, organismos, museos, polideportivos -no sólo el de Jumilla-, que se usan para celebrar actos religiosos, que si no están en contra de las tradiciones españolas nacionalcatólicas-, sí lo están en contra del marco vigente constitucional que asegura que España no tiene como oficial ninguna religión.

Si el espacio público de Jumilla no se puede utilizar por la comunidad religiosa musulmana para celebrar su Ramadán, tampoco, lo podrá hacer la comunidad católica.

La supuesta identidad del Estado español no es la religión católica, sino su pluralidad confesional y no confesional. Por tanto, mientras PP y VOX no entiendan este principio, y antepongan sus creencias religiosas del nacionalcatolicismo al Estado de Derecho, nadie está a salvo, ni musulmanes, ni católicos ni cristianos, como es nuestro caso, que sí aceptamos las consecuencias cívicas que tiene dicha aconfesionalidad constitucional en la sociedad.

Mortadelo sin Filemón.