URGENTE Y NECESARIO
Vecino. Informacion.

Me gustaría unirme al malestar de quien, paseante él, nos cuenta las desgraciadas maneras que tienen algunos terratenientes de regar sus fincas con los aspersores. Es justa y justificada su queja. Estos artilugios han sido un avance para recuperar terrenos hasta hace unos años baldíos y recoger buenas cosechas de cereal a lo largo de varias décadas. Y extraña mucho que, después de tantos años, no haya un dominio geométrico de su manejo, evitando que sus chorros de agua no caigan donde no deben caer. Y extraña también, pero no mucho, que el Ayuntamiento no haya intervenido en este asunto obligando a sus dueños a modificar esos aspersores que tan desobedientes se muestran a la voluntad -un tanto permisiva- de sus dueños.
Pero no es del agua despilfarrada y destructora de caminos de la que quería hablar. De lo que quiero terciar es del fuego, el otro elemento que, siendo de capital importancia para la vida, puede serlo también, como el agua, de destrucción y de muerte. No quiero, desde luego, generar ningún tipo de alarma, pero esta podría saltar en algún momento si el Ayuntamiento no muestra más voluntad por la labor e impide que las laderas colindantes del camino viejo hacia la IAN con las vías del tren se estén llenando de grandes montones de hierbas y ramajes más secos que la mojama y que en cualquier momento desgraciado podrían arder si el azar no lo remedia
A ver, señoras y señores rectores del actual Ayuntamiento. Después de la tormentaza que nos deparó la Dana o la Dona o lo que fuera, la mayoría de los arboles que hay en esa ladera colindante con el tren se vieron afectados por aquella, dejando el espectáculo lamentable de montones de ramas de un grosor considerable desgajadas del árbol y ahí siguen desde entonces. La diferencia está en que, cuando la Dana, las separó del tronco estaban verdes, pero ahora tienen el color de la mojama, más que secas, sequísimas. Ni siquiera sería necesario acercar una chispa para que se armara una gorda. Basta el aliento de alguien que sople sobre ellas para que ardan a todo trapo.
Es urgente y necesario para la salud de todos que el Ayuntamiento agilice a sus operarios y retiren de inmediato estas cantidades ingentes de ramas secas rasgadas de las acacias que abundan en este recorrido. Prevengan, antes de lamentar lo que pueda suceder por arte desgraciado de quien tenga la insensatez o la irresponsabilidad de tirar en ellas una colilla encendida… O vaya usted a saber por qué razón insensata tal volumen de ramas y troncos comienzan a arder hasta convertirse en pavesas de mala muerte, ellas y los terrenos colindantes…
Otro paseante