Etnicismo religioso

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Etnicismo religioso

El etnocentrismo nacionalcatólico de los españolísimos Ndongo, Garriga Vaz de Concicao, Ortega Smith, Frings, Herman Tertsch, Monasterio, De Meer, Pflüger, Schlichting, todos ellos tan castizos y castizas, quiere caminar, una vez más, por rutas imperiales hacia Dios, a la manera de Pelayo y el Cid. Habla de Reconquista la derechita intrépida, la que madruga en afters, mientras que la cobarde, la de los bocachanclas Tellado y Cía, les va a la zaga. Porque al atardecer son lo mismo; los financian los mismos amos a los que sirven. La táctica es idéntica: infundir el miedo al diferente, al extranjero pobre, es decir, al bárbaro cuyos usos y costumbres son diferentes a las nuestras que son las que tienen carta de naturaleza. Tan diferentes que una vez al año se juntan para matar corderos en público y no muestran afición alguna por el arte de la tauromaquia rechazando por maldito algo tan español como el jamón ibérico. Rezan vestidos de chilabas, a la vista de todos, postrados en dirección a la Meca ante su dios Alá y no participan en procesión alguna como nazarenos de túnica y capirote, costaleros o flagelantes para dar gracias al Dios verdadero. No son como nosotros. Así que de la extrañeza al miedo, del miedo al rechazo y de éste, al odio.

España sabe de Inquisición. Isabel y Fernando, el espíritu impera. Reducir al diferente a la animalidad. Auschwitz-Birkenau forma parte de la identidad europea.

Y mientras, en la arrasada Gaza, el Estado de Israel con la complicidad de estadounidenses y europeos, siguen asesinando inocentes mediante hambre y bombas.

Un genocidio visible a todas las miradas. Y aún nos preguntamos cómo fue posible que fueran tan pocas las voces que clamaran contra los nazis por el Holocausto judío, un genocidio entonces, mucho más ocultado a la opinión pública. “La única democracia en la zona” que nos vendían los medios de propaganda, ya desde 1948 resultó ser un Estado étnico genocida; en tan sólo tres años, algunos pasaron de racializadas víctimas a verdugos del pueblo elegido por Yahvé.

Graco.