¡ACABEMOS CON EL PROBLEMA DEL AGUA!

Vecino. Informacion.

¡ACABEMOS CON EL PROBLEMA DEL AGUA!

Está claro que las palabras ya no bastan. Tampoco los comunicados. No tranquilizan Llegan tarde. Y en muchos casos no llegan. No llegan a la gente mayor. No todas las personas tienen móvil. Ni tienen en él instalado la info del Ayuntamiento para enterarse de lo que sucede con el agua de boca. Y no tenemos ninguna obligación ni de tener móvil, ni, caso de tenerlo, de instalar la dichosa info.

Todos los días ocurre lo mismo. No lo puedo evitar. Uno mira al grifo con cara de pocos amigos. Y no para de pensar si el agua que saldrá por él será potable o no potable. Y no sabe, porque no es su obligación, si los nitritos que contiene son los exigidos o los no exigidos para irse uno contaminándose poco a poco, lentamente y morirse un día de estos de un ataque al corazón o de lo que diantres perforen esos malditos venenos.

Y no, no estoy por la labor ingrata de estar comprando garrafas de agua en ningún sitio. El agua es un bien público. La pagamos los contribuyentes. Estoy hasta los guanos de esta alcaldesa que promete y promete que solucionará el agudo problema con el que nos enfrentamos y no consigue avanzar un milímetro. Todo es provisional. Todo es circunstancial. Para un mes. Y vuelta a empezar. El problema no se resuelve desde la raíz.

La alcaldesa de mi pueblo no juega limpio. Se limita a capear el temporal de peor modo posible. No haciendo nada, pues hasta la fecha no ha hecho nada, no ha invertido de lo presupuestos un euro para invertirlo en la solución del mayor problema que Villafranca tiene en la actualidad: el agua. Su política cortoplacista no da para mayores alegrías que el vino, la jarana, las vacas, las jornadas de no sé qué y para qué, el botellón de los jóvenes y para de contar.

Acabe ya con tanta impostura. Se rompe una bomba. Se arregla. Se rompe otra bomba. Y se vuelve arreglar. Esto es una vergonzosa tomadura de pelo. Con la tecnología actual esto es impensable que suceda. Y que suceda eso con un bien esencial como es el agua es la medida de incapacidad de la gestión del actual grupo municipal. Un grupo que solo responde con un mutis habitual a lo que diga su actual corifeo, la alcaldesa. ¿Todo el grupo municipal acepta dicha política marcada por su jefa?

Me entristece también el comportamiento de la ciudadanía. No hace nada. No se rebela. No protesta. Le da igual todo. No miden la transcendencia que tiene su silencio, su cobardía, su conducta más o menos servil. En otras circunstancias, la derecha habría salido a la calle para pedir la dimisión de un alcalde incapaz de solucionar un problema de envergadura que llevamos arrastrado año tras año. El problema del agua no es un problema político, ni de derechas ni de izquierdas. Es un problema de salud pública. Un problema que la población no puede permitir que se enquiste en los parámetros en que estos momentos está paralizado.

En cuanto a mi persona, digo que ya no aguanto más esta incertidumbre. Mi mujer, tampoco. No estamos dispuestos a comprar agua en los supermercados. Nos parece una humillación. Bastante hemos pagado de contribución a lo largo de nuestra vida. Así que les diré una cosa. Me gustaría saber en qué próxima vez los nitritos del agua de boca superan el nivel de su potabilidad. Será el día que sabrán de mi y de mi querida esposa. Es posible que, así, la alcaldesa entre en razón y se decida por fin solucionar el problema del agua. Da la triste sensación que está esperando a que alguien llame a la barca de Caronte y se lo lleva a la otra orilla por culpa de los nitritos … para que, por fin, afronte de verdad el problema.

Nonagenario Casi