OTRA DE PERROS SUELTOS Y MÁS

Después de leer, en este blog, el episodio del perro al que disparó un municipal, tengo que decir que yo me quedé sorprendido más con la parte correspondiente a la multa o aviso al dueño por llevar al perro suelto, aunque fuera con bozal, que con el disparo que, finalmente, no acabó con el can. Un hecho, sucedido en estos días, confirma que mi suposición no andaba desencaminada.

Pues resulta que caminaba mi pareja con su perrita por un descampado, rodeada de nada por aquí y nada por allá. La perrita iba sin correa para que pudiera corretear libremente (con ella lo tendría complicado). Lo cierto es que ahí estaba la perrita correteando felizmente entre cuatro matojos cuando, de repente, apareció un municipal y, sin más preámbulos protocolarios, le dijo:

• Veo que es “pequeño” y te hace caso, pero, si no lo llevas “atado”, la próxima vez te denunciaré.

Oportuno y muy apropiado dicho discurso metemiedo en boca del municipal. Lo que me mosquea es que llevo meses viendo un caballo, con su caballista a lomos y tras ellos va un PASTOR ALEMÁN siguiéndoles suelto … sin bozal, nada de nada, atravesando el pueblo con absoluta libertad y ¡¡CRUZANDO LA CARRETERA!! y, maravilla de las maravillas, ¡pasando delante del cuartel!, tan campante, SUELTO, sin correa, SIN BOZAL, NADA… ¡Todo un pastor alemán caminado a su aire sin correa y sin bozal!… Tres o cuatro veces más corpulento que mi perrita. No pongo en duda que el citado perrazo sea un bendito, obediente y más manso que un buey capado, lo que vosotros queráis, pero eso no deja de ser todo un pastor alemán. ¿A que no? No. Por eso me saltan a la oreja unas cuantas preguntas: ¿Qué pasa, que ese perro es más que el mío?¿Qué pasa, que a ese dueño, por ser quien es, le permiten tales libertades?  O mejor dicho: ¿Ese dueño es más que yo como ciudadano? ¿O es que nadie ve lo que yo veo con claridad, una injusticia manifiesta, una discriminación? ¿Tampoco la Guardia Civil del cuartel ve el cuadro, cuando pasa tan chulico el perro caminando junto al jumento y su caballista, más tieso que un chopo?

Y lo más asombroso. ¿Tampoco el municipal ha visto jamás al jinete y su caballo y su perro alemán? ¡Lleva así meses y meses! ¿Tiene visado especial para hacerlo?

Y, ya puesto, si el caballo defeca por una calle del pueblo, ¿se bajará el jinete del caballo a recoger tan esplendorosa firma para guardarla como recuerdo de la buena digestión de su jumento? Sinceramente no lo creo. La experiencia visual es un grado y así lo confirma.

No pido la cabeza de nadie, pero, ojo al dato: o el civismo nos afecta y nos implica a todos sin excepción, es decir, o jugamos todos respetando las reglas, o pinchamos el balón y cada cual que atienda sólo su partida. Es decir, ¿que rija, no la ley de la selva, sino la ley del amiguismo y de las discriminaciones selectivas en función de quién sea el infractor…? Hasta el momento no hay otra salida.

Nuevo tertuliano perplejo