ALEGRÍA, RESPETO Y ARMONÍA

¿Qué tienen en común la totalidad, o casi, de las fiestas patronales de Navarra?

El avispado lector habrá pensado inmediatamente en el lanzamiento del cohete anunciador, chupinazo o como se le denomine en cada localidad.

¿Y cuál es el mantra que se repite año tras año en dicho acto, y previamente en el correspondiente programa oficial de fiestas? Pues sí, lo que el encabezamiento de este texto indica, con el llamamiento añadido a dejar de lado las diferencias durante esos días. Una tregua, vaya.

Pero este año hay constancia de que en algunas localidades como Tudela o Arguedas (curiosamente con mayoría municipal diestra) no se han cumplido, al menos en el acto del cohete anunciador, estos buenos deseos, sino que se ha dado paso a manifestaciones pretendidamente de carácter político. Por supuesto, es legítimo manifestar las posturas políticas que cada cual mantiene. Lo que no nos parece es que sea oportuno ni prudente en un acto masivo y festivo como es el chupinazo, donde ya ha corrido el alcohol y quién sabe si más sustancias y puede provocar reacciones indeseadas.

Hemos dicho manifestaciones “pretendidamente” de carácter político, pero que decida el lector. ¿Es crítica política gritar “Pedro Sánchez, hijo de puta”, como se coreó en Tudela, sin ningún tipo de reacción por parte de su alcalde? Es un insulto grosero, única y exclusivamente.

Lo de Arguedas, unas pegatinas pidiendo la dimisión de María Chivite, sí puede considerarse una manifestación política, ¿pero era procedente, era prudente, en el acto y las circunstancias antedichos? Por cierto, las pegatinas rezaban literalmente “Txibite Kanpora! ”

Es curioso el fervor repentino por el euskera de las huestes de un partido que no lo puede ni ver y lo desprecia y maltrata cuanto puede.

Para concluir, tómense estas líneas como un llamamiento a evitar que en nuestras ya próximas fiestas se reproduzcan expresiones como las referidas, porque “todo se pega menos la hermosura”.

Ingenuo Onil