ESCUPIDERA NACIONAL

A la vista de la escupidera nacional en que la derecha ha convertido su papel político como oposición en España entera, incluidas sus colonias de Euskadi y Cataluña, mayormente, me preguntaba paseando por el Soto Bajo, ¿cuál sería el origen de tanta mala baba? Y ¿cómo es posible que gentes educadas e ilustradas en su mayor parte en universidades y colegios de pago sean tan zafios y acepten sin más las consignas de su jefe, aceptando el papel de cotorras parlantes, entonando al unísono y a coro un rosario continuado de insultos a cuál de ellos más injuriosos?

Hasta la fecha, pensaba que el capitalismo tradicional, defensor a matar de la privacidad de la vida y de la muerte -hasta que necesitan echar mano del Estado de Bienestar-, no tenía necesidad de echar mano de semejante tropa para recuperar de nuevo el poder. Ya somos conscientes desde hace siempre que, si ellos no gobiernan, el mundo, local y universal, será un caos y una tragedia. Y es que hasta con ellos gobernando las desgracias no parecen que sean tales desgracias.

Y que los fallos sean de la naturaleza o del capital cuando ellos gobiernan no son de su responsabilidad ni de su manera de actuar. Y, cuando suceden, con las izquierdas en el poder, caso de las inundaciones de la DANA, son, fueron y serán culpa, no de una falta de política global de infraestructuras viales del Estado, es decir, de toda la clase política gobernante, sino de Sánchez, que, como es sabido, tiene relación directa con Zeus y Thor y hace que llueva, relampaguee y truene cuando el socialista lo decida.

Los ancianos madrileños arrojados por la Ayuso a la hoja afilada de la guadaña llamada pandemia mortal, fue por culpa del comunista Pablo Iglesias. Los incendios de estos últimos días, en comunidades autónomas gobernadas por PP y VOX, son responsabilidad de la directora de Protección Civil, calificada nada más y nada menos que como “agitadora pirómana” y de “hooligan”. ¿Para qué queremos apelar a la existencia del diablo? ¿Caben seres más malignos que este tipo de personal?

Conclusión, no por sabida, menos alucinante: si no gobierna la extrema derecha, cualquier gobierno, incluso uno que podría denominarse social-liberal, será ilegítimo, fruto de un contubernio comunista y, si no masón, lo será porque no está de moda. Y es que para la derecha, sólo Dios y la Propiedad Privada dan carta de legitimidad a un gobierno. Solo la economía neoliberal puede sostener la democracia.

Lo que tiene su retranca, sobre todo que se apele a Dios, como si fuera propiedad exclusiva y excluyente de unos. ¿Cuándo, esa mayoría de católicos que abundan en España no se caen una vez del guindo y reconocen que Dios, caso de que exista, no es de nadie y que los obispos son unos traficantes de la religión, que explotan la buena fe de la gente? Yo llevo toda la vida manteniendo una relación con Dios sin necesidad de pisar una iglesia. Mi relación con la gente ha sido estupenda y nadie sabe si creo o no creo en Dios.

A fin de cuentas, ¿a quién puede interesar semejante relación que nadie ve? ¿Cómo puede ser compatible insultar, robar y asesinar con creer en Dios? Las derechas, también las izquierdas que creen en Dios, deberían mirarse esa fe cada vez que la cagan y perpetran un delito de armas tomar. Una persona que se dedica un día sí y otro también a injuriar al presidente del Gobierno debería ser automáticamente llevada ante un juez y a este mandarlo a una cantera a pasarse el resto de su vida picando piedra.