CONVERSACIÓN SOBRE LA GUERRA (y II)

Vecino. Informacion.

CONVERSACIÓN SOBRE LA GUERRA (y II)

El octavo asistente dijo que “el ejemplo del puzle era muy bueno para describir lo que pasaba con la verdad del relato, pero en la práctica servía de poco. Las piezas que podrían aportar los hijos y nietos de los vencedores jamás encajarán en el puzle de la verdad de los hijos y nietos de los vencidos. A mí me gustaría que los herederos de los vencedores de la guerra expusieran públicamente algunas de esas piezas, empezando por contar los nombres de quienes se dedicaron a matar a los republicanos del pueblo, incluido mi abuelo. Pues aún no sé quién lo hizo y no me importaría hablar con sus nietos. Una conversación entre nietos de vencidos y vencedores de la guerra debería haberse dado hace ya mucho tiempo, pues solo en nosotros está la posibilidad de elaborar un relato de lo sucedido sin mentiras. Uno ya no espera que esto suceda”. Terminó diciendo que: “Nunca sabré quiénes asesinaron a mi abuelo, ni tampoco dónde está enterrado”.

El noveno en intervenir puso la guinda pesimista del pastel diciendo que “tal puzle no se construirá nunca. Lo que es paradójico”. Dijo que “durante más de cincuenta años, los vencedores de la guerra se sintieron orgullos de lo que hicieron. Pero, hoy, nadie quiere recordarlos. ¿Por qué? Me gustaría saber si guardan silencio porque les produce vergüenza saber lo que hicieron sus abuelos o porque todavía los siguen considerando héroes. Si fuese lo primero, entendería perfectamente que callaran. Si es lo segundo, no. pues caso de que fuera esto último, estaría bien conocer sus nombres. Por lo que pudiera pasar. La beligerancia actual de VOX y del PP y la violencia racista de la derecha, tanto en España como en Europa, no anuncian nada bueno. Y la mejor manera de estar vigilantes es defender la democracia sin desmayo”.

El décimo habló del perdón que, en ocasiones, se reclama como antesala de una reconciliación entre unos y otros. Consideró que “ni el perdón ni la reconciliación son necesarios, ni obligatorios. Antes que perdonar y reconciliarse está le verdad. Por ejemplo, yo, que soy creyente, me gustaría perdonar a quienes asesinaron a mi abuelo. El problema está en que no sé a quién a tengo que perdonar y ni siquiera sé si a quien “debería” pedírselo está dispuesto a aceptar mi perdón, ya que puede considerar que no hay nada que perdonar, pues “aquello fueron cosas de la guerra”, como he tenido ocasión de escuchar”.

Para cerrar las intervenciones, el undécimo denunció “la benevolencia con la que han actuado algunas víctimas y ciertos partidos políticos a la hora de exigir la verdad de lo que pasó. Los primeros, porque consideran que hay que olvidar y, si no perdonar, dejar que el tiempo cure las heridas. El tiempo que llevamos recordando y olvidando son ya muchos años y básicamente todo sigue igual. Los segundos, es decir, los partidos, porque lo único que les ha interesado ha sido sacar tajada electoral del asunto y rara vez han pasado de las palabras a los hechos”.

Lamentablemente, dijo que “las víctimas de la guerra nos hemos sentido muy solos y, hoy, es el día en que ningún ayuntamiento de derechas -de las izquierdas mejor no hablar-, se ha acordado de nosotros. ¿Dónde hay un monumento que las recuerde? Solo una tumba, la del cementerio, y por iniciativa de los familiares. ¿Dónde hay un monumento que condene aquel golpe de Estado y su posterior genocidio? En ningún lugar. Y si no hay una calle dedicada a Rodezno, a Franco y a Mola, como la tuvieron en su día, es porque daría mucho el cante, pero todo se andará, porque al paso que vamos las derechas pronto pedirán que en las escuelas se vuelva a cantar el cara al sol”.

Al hilo de sus consideraciones, el duodécimo participante, siguiendo el argumento del anterior dijo que “estaba de acuerdo”, y preguntó: “¿Acaso las izquierdas del municipio de Pamplona no han decidido mantener en pie el monumento a los Caídos, edificado para mantener la memoria de quienes hicieron posible el asesinato de 41 republicanos de Villafranca? ¿Cabe mayor ofensa para los asesinados de Villafranca y su memoria? Porque, si se trata de recordar para no cometer las mismas barbaridades, bien está que recordemos a quienes las sufrieron y dejemos de exaltar a quienes las cometieron y conocer sus porqués, fueran el odio, la venganza o el resentimiento. Pues conocer la causas que los llevó a cometer tales asesinatos, sí que podría ayudar a prevenir situaciones parecidas… si es que de verdad se está por la labor. Porque, si aún siguen considerando que las causas de aquellos asesinatos se ajustaron a la Unidad de la Fe y a Una España Grande y Libre dirigida por militares golpistas, mejor que toquemos madera”.

Y se levantó la sesión, de la cual doy fe y resumen.

Cálamo