¿CACICADA MUNICIPAL?
Vecino. Informacion.

De acuerdo con el Boletín Oficial de Navarra, con fecha del 22 de julio de este año, el pleno del Ayuntamiento de Villafranca aprobó “una definitiva modificación de la Ordenanza reguladora de pastos comunales”. La alcaldesa rubricaría con su firma dicha modificación con fecha del 13 de agosto de 12025.
Dicho así, alguien dirá, “bueno, vale, y ¿cuál es el problema?” Pues si se arma de paciencia el lector, le contaremos el meollo del asunto. Para empezar, el acuerdo municipal desechó las alegaciones que ciertos agricultores presentaron a dicha modificación inicial.
Sepa el lector que, de acuerdo con las Ordenanzas anteriores que regulaban los restos de las cosechas de los pastos comunales que adquirían los agricultores pagando el correspondiente canon municipal, tenían la categoría de ser cosecha, y no pasto, y por tanto, pertenecían en forma de fruto al agricultor. Una distinción capital para entender el conflicto. De tal modo que los restos de tal cosecha, caso de ser aprovechados por el ganado, lo eran en forma de pastoreo. A partir de esa modificación, ese pastoreo ya no es tal, sino que adquiere la categoría de restos, de tal modo que el ganadero podrá acceder con su maquinaria a recogerlo y trasladarlo para comercializarlo mediante su venta. Los agricultores alegan que todo lo que se produce en este terreno es de su propiedad y, por tanto, nadie, incluido el ganadero tiene derecho a llevarse tales restos de la cosecha.
Si lo hace, incumple la ley 353 del Fuero Nuevo donde se establece que “los frutos pertenecen al propietario de la cosa principal”. Por tanto, no hablamos de pasto, sino de cosecha, Y el ganadero solo tiene derecho “al aprovechamiento a diente” y ello cuando aquel considera que su cosecha ha sido recogida al completo de sus frutos. De forma incomprensible y lesiva para los agricultores, la modificación aprobada por el Pleno introduce la norma de que “el ganadero es el titular y propietario de los restos de cosecha”, cuando no es así, ni nunca lo ha sido.
Como dice el fuero, el fruto y el resto de la cosecha, solo tiene derecho a retirarlo su propietario, es decir, el agricultor. Muy distinto es el caso de las “fincas “encatastradas” como “terrenos de pastos” y no como “terrenos de cultivo”, donde el Ayuntamiento podrá establecer si se puede segar y recoger mediante empacado o acarreo en remolque. No entendemos que una ordenanza reguladora tan objetiva y tan clara como la que hasta este momento regulaba estos asuntos, y que no había creado ningún problema, el Ilustre mayoritario haya decidido modificarla dando a los ganaderos un derecho que el Fuero hasta la fecha no se lo concedía, lesionando de manera injusta los derechos de los agricultores.
¿Qué se esconde detrás de la decisión del pleno mayoritario del Ayuntamiento? ¿Algún interés oculto? Hay quienes consideran dicha modificación como una cacicada por parte de la alcaldesa, que, amparándose en una mayoría municipal democrática, hace y deshace de un modo unilateral ciertas tradiciones, incluso sacrosantas como esta derivada del Fuero, cuando le interesa, y ello en beneficio no de ella - no tiene tierras, ni ganado vacuno ni ovino-, sino en beneficio de sus amigüitos y amigüitas.
En este caso, la china les ha tocado a ciertos agricultores con terrenos comunales en régimen de alquiler y la pera en dulce a ciertos ganadores. Y cualquiera puede entender que, si un agricultor se trabaja la tierra comunal alquilada, el, y nadie más que él, tiene derecho al fruto que en ella se cultiva.
El Ayuntamiento es propietario de los comunales de Villafranca, lo que significa que dichos terrenos son del pueblo. Modificar una reglamentación de unas ordenanzas sobre dichos terrenos sin una consulta a la ciudadanía será democrática y todo eso, pero, ciertamente, más bien parece un abuso de autoridad y esperamos, por tanto, que el Tribunal Administrativo de Navarra tire para atrás dicha modificación, por ser una modificación restrictiva e interesada. Y es abuso de autoridad porque dicha decisión no favorece más que a una parte, siendo esta, además, la que no invierte nada en dichos terrenos.
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