Cosas de la Circulación en Villafranca

Vecino. Informacion.

Cosas de la Circulación en Villafranca

Si, usted, se decide pasar por el puente del Saso se topará con una señal que dice: ¡¡CONTROL DE INFRACCIONES POR CÁMARA!! En la imagen aparece un coche enfocado de manera nada amistosa por una cámara. Lo mismo se puede ver a la entra del puente que da a la Plaza de la Juventud, en la esquina con Clarel.

¿A dónde vamos a llegar!?, se preguntará más de uno. No salimos del círculo maligno del vigilados y castigados. Eso sí. ¡Qué nivel, amigo Fidel! ¡A la altura de Tokio o de Hamburgo! Bueno, también, de Getafe. A ver, Ilustre, ¿qué necesidad tenemos de tanto despelote tecnológico para que nos portemos bien a la hora de conducir nuestros coches. ¡Menuda confianza tiene la autoridad en la ciudadanía! Parece pensar que no tenemos arreglo y que el orden solo se consigue con mucha vigilancia y posteriores castigos. No hemos avanzado nada. Seguimos como en el franquismo, pero con más tecnología al servicio del ordeno y mando feudal.

Si no fuéramos mal pensados, que lo somos, diríamos que entendemos perfectamente el afán recaudatorio del Ayunta. Si no, ¿cómo equilibrar las arcas del erario con tanto despiporre de eventos consumistas? ¡Como si no hubieran en el pueblo otros ámbitos en los que el ciudadano no cesa de infringir la ley! Solamente una pista. Los hortelanos de este pueblo no hacen más que quejarse de la socialización que vecinos de manga larga vienen haciendo en las huertas ajenas. No estaría mal que colocaran en algunas higueras o chopos inhiestos al cielo esos artilugios que pillan a uno cuando la hace. Y lo mismo diríamos si esta nueva costumbre de vigilar y castigar tecnológicamente procediera de la autoridad provincial. Tal para cual. Autoridad municipal y provincial, hermanas siamesas.

Calle Crucero Ancho

Y ahora hablemos de lo que pasa en la calle CRUCERO ANCHO. ¿Qué sentido tienen los cargadores para coches eléctricos o las rayas amarillas que te prohíben aparcar o te dejan hacerlo durante 15 minutos exactos, ni uno más ni uno menos? Soy escrupuloso y me gusta, además, cumplir con la ley, por eso me gustaría preguntar: “Si, por ejemplo, aparcas durante 14 minutos y 59 segundos y, ¡zas!, coges el velocípedo y te das la vuelta a la manzana y vuelves a estacionas otra vez en el mismo lugar, ¿qué pasa con el tiempo, Newton? ¿El taquímetro empieza a contar desde cero o, dada tan enrevesada casuística, lo más recomendable sería buscar a un municipal para que te ilustrase? Por cierto, me ha llamado la atención la presencia de un Citroën C15 eléctrico. Lo vi en los cargadores que han colocado para tal fin. Me sorprendió que los cargadores estuvieran colocados en un espacio tan estrecho. No solamente uno, sino dos. Espero que la autoridad competente en este ramo haga un estudio del uso que se le da a estos cargadores y recapaciten su lugar de ubicación. Porque no creo que haya un lugar de la villa donde se dé menor solicitud de aparcamientos que donde están ubicados.

¿Y qué me dicen del espacio de la calle que ocupa la fachada de la Caja Rural, con su famosa placa de Máximo 15 minutos…? Dejen de cronometrar el tiempo de estacionamiento con tanto rigor y exactitud. ¡Vamos a tener que pedir la baja por estrés circulatorio! ¿Qué más da que alguien ocupe ese estacionamiento durante una hora que dos o que lo hagan cuatro conductores uno, dos, tres y cuatro? Son ganas de joder la marrana y sacar cuatro putos euros de quien no lleva reloj en la muñeca. No me sean tan quisquillas, por favor. Si se incumple la ley, se paga la multa, claro. Pero que sea una ley justa, y no pedagógica ni cruel ni irracional. Porque, si no, es un despelote.

Y ya que estamos, aprovechemos la ocasión: ¿por qué con el espacio que se le ha quedado ahora a la tienda que hay ahí, próxima a la Caja Rural, no le dejan sacar su género a la calle cuando hay dos tiendas que lo hacen, dificultando la circulación? Me dijo el dueño de la tienda que insistió al municipal, argumentando que estaba dispuesto a pagar al ayuntamiento lo que tendría que pagar… pero, finalmente, no le dejaron o ¿no le dejó el agente? ¿Por qué? ¿Acaso esa tienda es menos que las otras que sacan género a la calle y que ponen en un aprieto la circulación?

¿ No será por la nacionalidad del dueño, verdad?¿ O, simplemente, porque las otras tiendas llevan abiertas desde hace más años y han hecho su ley no escrita? No sé, señora regidora del Ilustre, pero lo sucedido huele mal.