A ver si aprendemos, Ilustre
Vecino. Informacion.

Se ha dicho en la prensa que los ecologistas han exigido al Gobierno de Navarra que se replantee el modelo ganadero, después de que a dos directivos, responsable de la empresa Valle Odieta y propietaria de esa macrogranja, se los ha condenado por un delito ambiental: “La resolución impone penas de un año de prisión, multa de 5.040 euros e inhabilitación especial de 14 meses para dos de sus directivos, además de la obligación de restaurar la balsa del Soto de la Cueva a su estado anterior al vertido contaminante ocurrido en 2021”.
La noticia es positiva, pero…, recuérdese que ocho activistas de Greenpeace fueron condenadas en 2024 a pagar 30000 euros por una acción de protesta, mientras que por el delito ambiental cometido por esos directivos, responsables de la empresa de Valle de Odieta es de 5040 euros. Ciertamente, hay comparaciones odiosas.
Llevamos en este blog denunciando los paseos que se dan los camiones de la empresa regando por aspersión el digestato -residuo derivado del tratamiento de purines- sobre parcelas agrícolas y caminos vecinales. Las escorrentías generadas -, es decir, evacuaciones, filtraciones, derrames, drenajes de mierda-, han producido un daño considerable en distintos tramos bajos de los ríos Aragón y Arga y otros lugares.
El Ayuntamiento de Villafranca que nada hace, ni ha hecho, por poner en su sitio a esta macrogranja, y ello a pesar de las denuncias hechas en este blog, con fotografías incluidas, debería tomar nota de esta decisión judicial. Y lo mismo debería hacer el Gobierno de Navarra, pues estamos ante un Gobierno que mira para otro lado, tanto es así que ni siquiera se personó como acusación particular en el caso contra Odieta, a pesar de que el Ejecutivo es responsable tutelar del medio ambiente. En la práctica se comporta como un irresponsable. Bueno, no es ni responsable, ni tutelar del medio o entero ambiente. Al final, solo nos queda el berrinche y la sospecha de que el Ejecutivo no juega limpio, y que a buen seguro este Ejecutivo foral, al dar tanta permisividad a una empresa que no para de contaminar cualquier ecosistema que se le ponga por delante, con el consecuente perjuicio par ala salud de las personas y, ya no digamos, para el bienestar animal, tiene intereses creados un tanto sospechosos.
En cuanto al ilustre, hace ya mucho tiempo que ha demostrado que le importan más las piedras que la salud de las personas. En fin. Ya basta de su connivencia más que sospechosa con la empresa Valle Odieta. Estamos más que hartos de fotografiar caminos anegados por la mierda de los purines y ante los que el Ilustre no mueve ficha alguna, ni para denunciar, ni multar… ¿Multar? Ridículas multas. Le sale mucho más barato a la empresa pagar estas insignificantes multas del municipio que los beneficios que obtiene con su comportamiento anti ecológico y anti salud… Algún día de estos el Ayuntamieno tendrá que dar cuenta pública de cuál es su comportamiento con respecto a las “aventuras digestatorias” de la macrogranja. (La fotografía pertenece al camino de Tejerías).
Paseante

