ENVOZ ALTA: REFLEXIÓN ESQUINADA

Vecino. Informacion.

ENVOZ ALTA: REFLEXIÓN ESQUINADA

Con frecuencia se ha dicho que la política actual del Ilustre es cortoplacista. Y se pone como argumento principal su tendencia a organizar actividades que son reflejo de un consumismo desaforado, marca registrada de la sociedad actual: “Consumo, luego existo”.

No lo ocultamos. Consideramos que el Ayuntamiento actual despilfarra parte del presupuesto en múltiples actividades inútiles que nadie las pide ni las necesita. Tanto en las referidas actividades lúdico-festivas-gastronómicas como las que llaman culturales, algunas tan insultantes como la última exposición, la intitulada “historia de la guardia civil a través de los uniformes de la Guardia Civil”.

Es evidente que dejamos por completo en manos del Ilustre la selección del contenido de esas actividades y de las personas encargadas para su desarrollo. Para eso son concejales, ¿no? Sin duda. Pero los ayuntamientos rara vez funcionan bien si la ciudadanía no participa desde la calle en ese buen funcionamiento. Dejar a los ayuntamientos que funcionen por sí solos, al margen de un control externo popular, están abocados a convertirse en pequeñas dictaduras, sobre todo si, como en el caso de Villafranca, existe una mayoría absoluta, dueña total de lo que se hace y no se hace. Necesitamos un Consejo Local que, fuera del ayuntamiento, controle ese gasto del presupuesto destinado al consumo de actividades gastronómico festivo musicales que, entendemos, se pasan ya de castaño oscuro. No estamos contra la diversión, ni que se ofrezcan al pueblo válvulas de escape para llenar su ocio, especialmente, las actividades que guardan relación con el ocio de la gente mayor. Necesitamos que un Consejo Local controle esos gastos que en ningún momento mejoran a largo plazo las necesidades básicas y fundamentales de la ciudadanía, que son las mismas que en tiempo de Maricastaña: vivienda, trabajo, sanidad, salud, cultura…

La pregunta es sencilla: de las actividades y proyectos llevados a cabo por el Ayuntamiento, ¿cuántas de ellas repercuten a largo plazo en la mejora de esas necesidades básicas y fundamentales?

Es bueno vivir el presente y hacerlo bien, pero no se puede olvidar que nuestro futuro depende de la manera de vivir ese presente.

Si a las familias se les aconseja ahorrar para invertir en mejoras estructurales en su casa o en sus negocios, ¿por qué no ha de hacerlo también el Ayuntamiento? Pensamos que el ayuntamiento no tiene patente de corso para gastar lo que le plazca en función de sus intereses políticos, sino que tiene el deber legal de hacerlo en función de cubrir las necesidades básicas y fundamentales de la ciudadanía.

Horizonte negro