
La guerra y el Ayuntamiento.
Cuervo Blanco. Opinion.
Una guerra como esta, calificada por el tribunal de La Haya como genocidio, es un hecho que no debería dejarnos indiferentes. En este sentido, la indiferencia de ciertas instituciones, como la de los ayuntamientos, deja mucho que desear. Pues, los ayuntamiento que rigen el pulso, no solo económico y político de la sociedad, también, tienen un compromiso ético y moral que cumplir, acorde con los principios de los Derechos Humanos.
En este sentido, un ayuntamiento que hace dejación de ese compromiso es un municipio manco. Un síntoma de que el Ayuntamiento de Villafranca lo es, lo demostraría el hecho de no haber convocado con carácter de urgencia un pleno, siquiera para reflexionar acerca de tan trágico acontecimiento y tomar una decisión institucional al respecto: hacer una declaración, convocar una concentración silenciosa, e, incluso, rezar, caso de que haya creyentes que deseen hacerlo. Cualquier acto, menos la callada por respuesta. De hecho, con la guerra de Putin contra Ucrania ha sucedido lo mismo. El silencio del Ayuntamiento ha sido ejemplarmente mudo.
No es cuestión de ponerse a favor de Rusia o Ucrania, Israel o de Palestina. Cada cual tiene su opinión forjada al respecto.